La familia de Juancho Soto, una de las víctimas de la masacre ocurrida en Puerto Rico el pasado domingo, ha solicitado a las autoridades que el caso no quede impune y se haga justicia. Soto, de 33 años, trabajaba en la minería artesanal con el objetivo de fundar una organización para ayudar a personas en situación de calle. Juancho y sus compañeros, quienes también fueron asesinados, ya habían denunciado amenazas antes del trágico suceso.
La familia de Soto también ha rechazado los comentarios y críticas que han surgido tras el crimen, señalando que él y sus amigos eran personas trabajadoras y honestas, quienes invirtieron todos sus recursos en la labor minera, a pesar de las dificultades económicas. La familia espera que se respeten las investigaciones en curso y que se haga justicia por la memoria de las víctimas.